En sus cuarenta años de carrera, Leszek Zawadka canta en ruso


En sus cuarenta años de carrera,
Leszek Zawadka canta en ruso

El barítono-bajo polaco Leszek Zawadka (Varsovia 1953) está cumpliendo cuarenta años de haber debutado en la Ópera de Cámara de su natal Varsovia, y más de treinta de haber llegado a enriquecer, con una persistente labor tanto artística como docente, nuestros quehaceres musical y belcantístico. Águila Azteca en México y Cruz Oficial de la Orden al Mérito en Polonia, ha sido desde su llegada a este país como una especie de agregado cultural honorario de la cultura polaca en México, y en sentido inverso, un auténtico promotor de lo mejor de la nuestra de cara al mundo, porque ésta su segunda patria la lleva igualmente tatuada en lo más profundo de su corazón.
              Profesor en la Escuela Nacional de Música de la UNAM, y titular en la materia de canto en el Conservatorio Nacional de Música por más de treinta años, la carrera profesional del barítono-bajo polaco-mexicano Leszek Zawadka ha cubierto los más diversos repertorios y periodos de los ámbitos belcantístico y liederista, sin desdeñar en su caso la enorme riqueza proveniente de los diferentes acervos tradicionales y populares que identifican a los pueblos, incluida, por supuesto, su lengua materna. Así han visto la luz, para beneplácito de los especialistas pero también del público en general, muchos trabajos suyos que han sido motivo de gozo y espacio de reconocimiento.
Para celebrar sus cuarenta años de una más que productiva carrera artística, este notable barítono-bajo lo ha hecho como lo exige la ocasión, conforme lo que su vocación más entrañable le exige y en el escenario: Leszek Zawadka canta en ruso. Y en esta sentida efeméride no podía dejar de secundarlo quien ha sido su compañero de brega y cómplice en muchos proyectos, el también destacado artista plástico y actor michoacano Antonio Suárez, en esta ocasión diciendo, como se debe, en su versión en español, versos de importantes poetas rusos modernos y contemporáneos que han servido de fuente de inspiración a otros sobresalientes compositores de ese país tan pródigo en ambos campos: Yesenin, Mayakovsky, Blok, Yevtushenko. Y para cerrar la pinza, un paisano y también compañero en otros tantos episodios, el extraordinario y versátil pianista Josef Olechowski (de igual modo ya polaco-mexicano, por méritos propios), particularmente dotado en la difícil especialidad del acompañamiento vocal.
El programa de tan complejo y poco frecuente repertorio de canciones rusas, entre otras razones por la propia dificultad de la lengua, ha incluido tanto compositores sustanciales del acervo clásico o académico como Piotr Ilych Tchaikosky y Dmitri Shostakovich, como otras melodías no menos conocidas y hermosas de origen popular, en su mayoría de autoría anónima.
M.S.

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